Puntos de carga para coches eléctricos cada 60 kilómetros
Con el objetivo de reducir las emisiones de gases invernadero en un 55% hasta 2030, la Unión Europea obliga a España a mejorar su infraestructura de recarga de vehículos eléctricos.
El objetivo de la Unión Europea es asegurar que cualquier ciudadano con un vehículo eléctrico, que se desplace por cualquiera de los estados miembros pueda tener acceso a puntos de carga rápida, cómo mínimo, cada 60 kilómetros.
Retos a los que se enfrenta la movilidad eléctrica
Algunos estudios llevados a cabo por la Comisión Europea han revelado la existencia de una serie de deficiencias relacionadas con la infraestructura de carga de vehículos eléctricos. En los informes que recopilan se hacía especial hincapié en:
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Ausencia de una infraestructura completa que permita viajar por toda Europa sin interrupciones.
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Necesidad de armonizar las tecnologías emergentes para garantizar un correcto funcionamiento y acceso.
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Uniformización de los métodos de pago y uso de los puntos de carga.
Analizados los puntos de mejora para que la movilidad eléctrica sea una realidad en la presente década, los gobiernos de los 27 estados miembros se han comprometido a instalar puntos de carga de vehículos eléctricos cada 60 kilómetros, antes del 31 de diciembre de 2025.
Pese a que la movilidad eléctrica es algo en lo que sector público y privado llevan trabajando años, el reto para todos los países es mayúsculo en términos de inversión, desarrollo de infraestructura y accesibilidad.
Para tomar conciencia de la dimensión del reto al que se enfrentan los países en los próximos años, es preciso mencionar los objetivos que se deben asumir en términos de movilidad sostenible:
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Mejora de la infraestructura con presencia de cargadores de vehículos eléctricos ultrarrápidos, de al menos 400kW cada 60 kilómetros, antes de 2026.
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Esa misma infraestructura tendrá que aumentar la potencia de 400kW a 600kW, antes de 2028.
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En el caso de vehículos eléctricos pesados, la distancia entre puntos de recarga no podrá superar los 120 kilómetros. La potencia de los cargadores para este tipo de vehículos tendrá que situarse entre los 1.400kW y los 2.800kW, en función del tipo de vía. Toda esta infraestructura tendrá que estar desarrollada antes de 2031.
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Complementariamente a lo anterior, será obligatoria la instalación de estaciones de repostaje de hidrógeno cada 200 kilómetros, antes del año 2031.
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Los puertos marítimos más importantes deberán proporcionar electricidad en puerto a grandes buques de pasajeros y portacontenedores, antes del año 2030.
Ante un objetivo tan ambicioso como el que plantea la Unión Europea, el reto no es mejorar la infraestructura de puntos de carga de vehículos eléctricos en grandes núcleos urbanos, sino hacer llegar la movilidad eléctrica a las zonas menos pobladas de la llamada “España vaciada”.
Para ello, algunos expertos en la materia proponen que el Gobierno siga estrategias como las de Alemania o Países Bajos, elaborando un plan nacional de despliegue de la infraestructura de recarga bien definido hasta 2030.
Fuente: Crece la infraestructura de carga de vehículos eléctricos en España
Mejora la operatividad, el acceso y uso de puntos de carga
Ante los retos planteados para mejorar la infraestructura de puntos de carga, Europa se encuentra en un momento decisivo marcado por la urgente necesidad de transitar hacia fuentes de energía renovables.
En un contexto en el que los vehículos eléctricos surgen como una solución clave para reducir las emisiones y combatir el cambio climático, es también preciso mencionar que el éxito de esta transición no solo depende de que los consumidores adquieran vehículos eléctricos, sino también de la capacidad que tienen las administraciones públicas para desarrollar una infraestructura que sea operativa, accesible y útil.
¿Cómo mejorar la operatividad de la infraestructura?
Una mejora de la infraestructura de carga de vehículos eléctricos, pasa por una estandarización de conectores y protocolos de carga para permitir que cualquier vehículo pueda cargar sin problemas en cualquier lugar de España.
La interoperabilidad entre los distintos operadores de estaciones de carga es vital para que la recarga de vehículos eléctricos sea funcional, efectiva y eficiente. Estamos ante uno de los pilares esenciales para la adopción masiva de esta tecnología.
Para convertir la infraestructura de carga en una realidad operativa deben considerarse tres aspectos:
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Estandarización universal de las conexiones. La homogeneización de conectores y protocolos es un aspecto clave para la implantación y adopción de cualquier tipo de tecnología. Un sistema unificado elimina las barreras de acceso para los usuarios, optimiza la inversión en la infraestructura y evita una duplicidad innecesaria de recursos.
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Interoperabilidad entre operadores. La experiencia de los usuarios es uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta, especialmente cuando una nueva tecnología está en proceso de implantación. La facilidad y fluidez con la que los usuarios puedan acceder a los puntos de carga va a determinar, en gran medida, el éxito final de la movilidad eléctrica.
La cohesión entre operadores es esencial para construir una red de cargadores de coches eléctricos a nivel nacional (y europeo), que permita a los usuarios realizar viajes largos sin preocuparse por la autonomía de sus vehículos.
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Mantenimiento y asistencia técnica. Sin lugar a dudas, el desarrollo e implantación de puntos de recarga es vital para la adopción de la movilidad eléctrica, pero no podemos olvidar la proactividad hacia el mantenimiento y la asistencia técnica de las estaciones de carga. La fiabilidad y disponibilidad de las estaciones de carga son factores determinantes para los consumidores, a la hora de adquirir un vehículo eléctrico.
Facilidad para acceder a puntos de carga de vehículos eléctricos
La accesibilidad no solo consiste en multiplicar el número de cargadores, sino también en hacerlos visibles, comprensibles y fáciles de usar. Desde cargadoresdecocheselectricos.es creemos que la verdadera revolución de la movilidad verde reside en la posibilidad de recorrer el último kilómetro tan fácilmente como el primero.
El éxito de la movilidad eléctrica no solo reside en la propia tecnología, sino también en conseguir un alineamiento entre sector público y privado que permita a los usuario acceder a cualquier punto de carga. Para ello, el trabajo se debe centrar en los siguientes aspectos:
Expansión geográfica de la red de carga
Una red de carga robusta y adecuadamente distribuida por todo el territorio es fundamental para garantizar el acceso a cargadores de vehículos eléctricos. Esto implica no solo un aumento significativo en el número de puntos de carga en zonas urbanas, donde la demanda puede ser más elevada, sino también un compromiso con la expansión de estos servicios en áreas rurales, menos pobladas.
Asegurar el acceso a todas aquellas comunidades alejadas de los núcleos urbanos es imprescindible para fomentar la adquisición de vehículos eléctricos en todo el territorio.
Facilitar el acceso a la información
La posibilidad que tienen los usuarios y consumidores de acceder a la información sobre la ubicación, disponibilidad y tarifas de los puntos de carga son esenciales para la planificación de un viaje, ruta de reparto, etc.
La implementación de sistemas de información en tiempo real, accesibles a través de aplicaciones móviles y plataformas en línea, puede mejorar la experiencia de uso de conductores de vehículos eléctricos. Estas herramientas digitales deben ofrecer datos actualizados sobre la disponibilidad de estaciones de carga, posibles tiempos de espera y coste asociado al servicio.
Una estrategia de precios clara y coherente es clave para fomentar el uso de la red de carga. Además, deben ser competitivas a la par que justas, que reflejen el valor del servicio sin imponer barreras económicas al uso de vehículos eléctricos. En este sentido, una política de incentivos en el precio (€/kW) puede fomentar el uso de cargadores de coches eléctricos.
Enfoque holístico de la movilidad eléctrica
El concepto de cargadores de coches eléctricos cada 60 kilómetros es más que un simple proyecto de mejora de la infraestructura. Consiste además en darle un enfoque integral u holístico a la movilidad eléctrica.
El modelo de estructura de cargadores planteado por la Unión Europea, no solo responde a la necesidad de innovar técnicamente, sino también a la capacidad que tienen este tipo de proyecto de implicar al sector público y privado, para que la transición hacia una movilidad sostenible sea una realidad en el futuro más inmediato.
El enfoque integral de en las mejoras de la infraestructura de los puntos de carga de vehículos eléctricos se fundamenta en:
Integración y accesibilidad
La posibilidad de acceder a cargadores de coches eléctricos cada 60 kilómetros garantiza que los usuarios de vehículos eléctricos puedan planificar sus viajes con la certeza de que tendrán acceso a recargas rápidas y eficientes, eliminando así la preocupación por la autonomía de los vehículos eléctricos.
Sin embargo, la integración y acceso a cargadores no solo se basa en la distribución estratégica de cargadores de vehículos eléctricos por todas las vías de la geografía española, sino también en dar un servicio rápido y eficiente. Por eso, los cargadores rápidos y ultrarrápidos están pensados para que los usuarios carguen sus vehículos en menos de media hora.
Fomentar la sostenibilidad
Si existe un leitmotiv o concepto clave que acompaña a la movilidad eléctrica, ese es el de sostenibilidad. Instalar cargadores de coches eléctricos cada 60 kilómetros no es solo una estrategia de la UE para fomentar el uso del vehículo eléctrico, sino una acción dirigida a cumplir los objetivos establecidos en el Acuerdo de París, entre cuyas exigencias se instaba a todos los países a reducir de forma drástica las emisiones de gases de efecto invernadero.
Tras el acuerdo, los países se comprometieron a hacer frente al reto del cambio climático. La movilidad eléctrica es una de las estrategias clave para los próximos años en la conocida como Agenda 2030, que además de fomentar la conservación del planeta también aboga por un desarrollo sostenible del planeta.
Innovación y crecimiento económico
Aunque el principal foco de atención y beneficio cuando hablamos de movilidad eléctrica es la reducción de las emisiones de gases contaminantes, debemos también atender a factores que fomentan el desarrollo de un país.
Las inversiones en movilidad eléctrica no solo fomentan la innovación en sistemas, procesos e instalaciones, sino que son un complemento perfecto para el desarrollo económico. Esto demuestra que ecología y conservación del medio ambiente se complementan a la perfección con innovación y desarrollo económico.
Las previsiones para 2030 están marcadas por el crecimiento del empleo en el sector de la movilidad eléctrica. La mayoría de estos puestos de trabajo se crearán en campos relacionados con la instalación, operación y mantenimiento de las instalaciones de recarga.
Otros de los sectores indirectamente beneficiados por el auge de la movilidad eléctrica serán el mantenimiento, la fabricación de baterías, la construcción de instalaciones de carga y la generación de electricidad.